Por C. S.
Las resistencias del Gobierno para asumir la situación desencadenada a raíz del resurgimiento de la aftosa provocó el efecto contrario al buscado. El desesperado intento por no asumir el costo político en agosto, cuando se registraron los primeros casos en Formosa y General Villegas, ya comenzó a generar un costo aún mayor. Se anunciaron oficialmente campañas de vacunación en las principales regiones ganaderas del país. Brasil prohibió el ingreso de carnes argentinas y el país perderá su estatus de “libre de aftosa sin vacunación”, aunque por ahora el Gobierno lo niega.
Desde que reapareció la enfermedad, tanto la Secretaría de Agricultura como el Senasa intentaron minimizar los alcances del rebrote. La estrategia implicaba negar públicamente la verdadera magnitud del problema en tanto se combatían activamente los focos descubiertos. La táctica, sin embargo, no alcanzó para poner verdadero límite a la expansión de la enfermedad. Mientras hasta el martes pasado las autoridades continuaron negando las vacunaciones en las zonas afectadas, la presión de las denuncias de los productores de las principales regiones ganaderas del país –y no sólo de las fronterizas, como continúa insistiendo la SAGPyA– junto a la decisión de Brasil de establecer barreras sanitarias en las fronteras comunes, hicieron estallar la estrategia de ocultamiento.
Ayer a la Secretaría de Agricultura no le quedó más remedio que reconocer por boca de su titular, Antonio Berhongaray, que se realizarán campañas de vacunación “preventiva” en las zonas fronterizas, supuestamente las únicas afectadas. A esta altura, las declaraciones de los funcionarios perdieron toda credibilidad frente a las denuncias de productores y entidades agropecuarias. Luego de negar la realidad durante más de seis meses, las palabras de Berhongaray quedaron, cuanto menos, devaluadas.
El Senasa continuó también con la teoría del mal vecino. Según la entidad, la reanudación de las vacunaciones responde a “la situación que se observa en los demás países de la región”. Sin embargo, fueron los propios vecinos quienes decidieron limitar la entrada de carnes argentinas. Ayer, el ministro de Agricultura de Brasil, Marcus Pratini de Moraes, optó –luego de acordarlo con las autoridades argentinas– por la lisa y llana prohibición del ingreso de carnes desde nuestro país. La prohibición se mantendrá hasta que las autoridades locales consigan garantizar que no haya peligro de contagio internacional.
Los efectos económicos se harán sentir rápidamente con la pérdida de exportaciones por alrededor de 200 millones de dólares en el corto plazo. En tanto, el director de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE), Bernard Wallat, ya adelantó que Argentina perderá su estatus de “país libre de aftosa sin vacunación”, aunque aclarando que “en las zonas donde se vacune”. Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y La Pampa ya anunciaron, a través de sus gobernadores, el inicio de campañas de vacunación.
Fuente: Página/12
jueves, 7 de mayo de 2009
EL GOBIERNO NO PUDO SEGUIR OCULTANDO EL REBROTE: Piedra libre para la aftosa
Palabras Claves
- Senasa (7)
- aftosa (7)
- CANE (6)
- comercializacion (3)
- trazabilidad (3)
- Biogenesis (2)
- SIGMAN (2)
- Seprin (2)
- corrupcion (2)
- BSI (1)
- Cané (1)
- FORJA (1)
- Gold (1)
- ONCA (1)
- chemoiberica (1)
- comercialización (1)
- cuota Hilton (1)
- oficina anticorrupcion (1)
- patrimonio cane (1)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Comentario