22-Ago-03
Seguramente el cortocircuito no podría haber terminado de otro modo. Tras varios meses de discusiones, denuncias cruzadas y turbulencias, el titular del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Bernardo Cané renunció a su cargo y con él también se fue su vice, Daniel Welschen. El ex funcionario explicó los motivos de su dimisión a través de un comunicado emitido por el propio organismo, y allí subrayó su oposición a la reestructuración que el secretario de Agricultura, Miguel Campos, tiene previsto realizar.
"Inadecuado" fue el contundente calificativo que usó Cané para el proyecto oficial y aseguró que "no existe ningún servicio sanitario en el mundo donde su conducción sea compartida entre el Gobierno Nacional y un cuerpo colegiado formado por los destinatarios de la fiscalización del organismo, más la posterior decisión política del Secretario de Agricultura".
La iniciativa que propicia la cartera agrícola limitaría la autonomía con la que hoy se desenvuelve el Senasa y para el presidente saliente tal característica "resta todo poder de decisión y facultades para normalizar" a quienes ejercen los cargos ejecutivos en el ente sanitario, por lo que sus funciones quedarían limitadas a "cumplir, velar y ejecutar las resoluciones que dicte el titular de la Sagpya (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación), previa aprobación del Consejo de Administración del Senasa, constituido por los sectores de la producción a los que el organismo debe fiscalizar".
Bernardo Cané llegó a la presidencia del Senasa cuando la crisis de la aftosa quemaba las manos del gobierno de Fernando de la Rúa. Ya había ocupado el puesto durante la presidencia de Carlos Menem. Los laureles de una gestión que había alcanzado el control de la enfermedad le dieron el poder necesario para contar con la independencia y autosuficiencia del ente, características que hoy se verían amenazadas por el nuevo proyecto. En este sentido, Cané consideró que un servicio sanitario como el que motoriza la Secretaría de Agricultura "provoca un estado deliberativo y de presión de lobys sectoriales incompatible con la función ejecutiva y de velar por el bien común y no por los intereses sectoriales". En el comunicado se apuntó que el modelo de funcionamiento que establece el proyecto, "donde el Secretario de Agricultura tiene la decisión final en las normas sanitarias, existió entre 1997 y 2001, propiciando la interferencia de las políticas sectoriales por sobre las sanitarias, motivo que determinó el levantamiento de la campaña de vacunación en el año 1999 y al ocultamiento de la aftosa en el año 2000/01 con las consecuencias sanitarias, económicas y políticas por todos conocidas".
En los últimos tiempos Cané enfrentó duras críticas e incluso se le sigue una causa penal en la justicia federal por la supuesta titularidad de una cuenta en un banco suizo. La última distribución de la Cuota Hilton entre los frigoríficos habilitados para exportar carnes a la Unión Europea también le valió resistencias y acusaciones por favoritismos. La lista del Senasa dejó afuera a 17 plantas faenadotas y el fuego cruzado entre las partes afectó negativamente la imagen del titular del Senasa.
Todavía no se definió el nombre del sucesor pero todo parece indicar que se inicia una nueva etapa para el ente sanitario responsable de velar por la sanidad de rodeos y alimentos. Será imperioso conseguir que, más allá de quién ocupe el sillón, seriedad y credibilidad sean las características básicas de la nueva gestión.
Fuente: E-campo.com
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Seguramente el cortocircuito no podría haber terminado de otro modo. Tras varios meses de discusiones, denuncias cruzadas y turbulencias, el titular del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Bernardo Cané renunció a su cargo y con él también se fue su vice, Daniel Welschen. El ex funcionario explicó los motivos de su dimisión a través de un comunicado emitido por el propio organismo, y allí subrayó su oposición a la reestructuración que el secretario de Agricultura, Miguel Campos, tiene previsto realizar.
"Inadecuado" fue el contundente calificativo que usó Cané para el proyecto oficial y aseguró que "no existe ningún servicio sanitario en el mundo donde su conducción sea compartida entre el Gobierno Nacional y un cuerpo colegiado formado por los destinatarios de la fiscalización del organismo, más la posterior decisión política del Secretario de Agricultura".
La iniciativa que propicia la cartera agrícola limitaría la autonomía con la que hoy se desenvuelve el Senasa y para el presidente saliente tal característica "resta todo poder de decisión y facultades para normalizar" a quienes ejercen los cargos ejecutivos en el ente sanitario, por lo que sus funciones quedarían limitadas a "cumplir, velar y ejecutar las resoluciones que dicte el titular de la Sagpya (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación), previa aprobación del Consejo de Administración del Senasa, constituido por los sectores de la producción a los que el organismo debe fiscalizar".
Bernardo Cané llegó a la presidencia del Senasa cuando la crisis de la aftosa quemaba las manos del gobierno de Fernando de la Rúa. Ya había ocupado el puesto durante la presidencia de Carlos Menem. Los laureles de una gestión que había alcanzado el control de la enfermedad le dieron el poder necesario para contar con la independencia y autosuficiencia del ente, características que hoy se verían amenazadas por el nuevo proyecto. En este sentido, Cané consideró que un servicio sanitario como el que motoriza la Secretaría de Agricultura "provoca un estado deliberativo y de presión de lobys sectoriales incompatible con la función ejecutiva y de velar por el bien común y no por los intereses sectoriales". En el comunicado se apuntó que el modelo de funcionamiento que establece el proyecto, "donde el Secretario de Agricultura tiene la decisión final en las normas sanitarias, existió entre 1997 y 2001, propiciando la interferencia de las políticas sectoriales por sobre las sanitarias, motivo que determinó el levantamiento de la campaña de vacunación en el año 1999 y al ocultamiento de la aftosa en el año 2000/01 con las consecuencias sanitarias, económicas y políticas por todos conocidas".
En los últimos tiempos Cané enfrentó duras críticas e incluso se le sigue una causa penal en la justicia federal por la supuesta titularidad de una cuenta en un banco suizo. La última distribución de la Cuota Hilton entre los frigoríficos habilitados para exportar carnes a la Unión Europea también le valió resistencias y acusaciones por favoritismos. La lista del Senasa dejó afuera a 17 plantas faenadotas y el fuego cruzado entre las partes afectó negativamente la imagen del titular del Senasa.
Todavía no se definió el nombre del sucesor pero todo parece indicar que se inicia una nueva etapa para el ente sanitario responsable de velar por la sanidad de rodeos y alimentos. Será imperioso conseguir que, más allá de quién ocupe el sillón, seriedad y credibilidad sean las características básicas de la nueva gestión.
Fuente: E-campo.com