EL DIA- Edición Internet-20 de Agosto de 2000
El platense Bernardo Cané dirigió el Senasa en los años en que se logró erradicar la aftosa. Sostiene que "hay que ser mucho más duros con Paraguay". Y que se debe formar un comando de crisis.
Tras diez años de intenso trabajo y millonarias inversiones para que Argentina fuera declarada en mayo pasado país libre de aftosa sin vacunación por la Organización Internacional de Epizootias (OIE), el ingreso ilegal de vacas infectadas con el virus desde Paraguay, generó un nuevo problema para el ya castigado sector ganadero.
Bernardo Cané es un veterinario nacido en Lincoln pero platense por adopción -vive en City Bell- que estuvo más de seis años al frente del Senasa, luego de haber sido director de Ganadería bonaerense durante el mandato de Antonio Cafiero, con Felipe Solá como ministro del área. Durante ese tiempo y en base a un programa aplicado en todo el país, Argentina consiguió el "diploma" de país libre de aftosa. Con esto se abrieron a los exportadores los principales mercados del mundo: EE UU, Canadá, Asia.
Ahora, tras el descubrimiento de ganado infectado y la posterior prohibición del ingreso de carne argentina dispuesto por varios países, Cané sostiene que el Gobierno debe tener una actitud mucho más dura con Paraguay por esta situación y aseguró que para volver al status de mayo pasado se necesita "recuperar la confianza para seguir vendiendo carne argentina en el exterior, invertir unos 25 millones de dólares y muchísimo trabajo".
El ex funcionario, en la entrevista con EL DIA, contó cómo llegó Argentina a erradicar a la aftosa y qué se necesita para volver a gozar de ese status. "La enfermedad llegó desde Inglaterra hace 130 años. Ya a principios de siglo aparecieron los primeros intentos para combatirla. Pero recién a partir del año 67 se empiezan a realizar campañas más formales, junto con la creación del Senasa. Pero la campaña fue poco productiva; para el productor era como pagar un impuesto. En esa época había en el país unos 6 ó 7 mil focos de aftosa por año", relató.
Reseñó luego que "a mediados de los '80, el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa comenzó a trabajar con la participación humana y la conducta de los productores para erradicar la enfermedad. En octubre del '87 se lanzó un plan piloto en Ayacucho con condiciones innovadoras en las vacunas. Ya en marzo del 88, se creó la primera Fundación de fiebre aftosa en esa ciudad, para extender su actividad a todo el país. En el 89, cuando Felipe Solá fue como secretario de Agricultura de la Nación, juntos trasladamos ese plan piloto a nivel país, que contemplaba el rol del Estado como planificador. Y se formaron 340 fundaciones en todo el territorio para la campaña de vacunación".
"En menos de un año -agregó-, se vacunaba en todo el país. Se invirtieron 1.200 millones de dólares, más de 1.500 productores intervinieron en este plan desde 1989 a 1999. A mediados del 96 nos declararon país libre de aftosa con vacunación y a fines del 98 se levantó la campaña de vacunación".
Cané sostuvo que debido a la exitosa política de lucha contra la aftosa, Argentina "empezó a penetrar en el mundo, ubicándose en los primeros puestos" del ránking mundial de exportadores de carne. Y por eso sostiene ahora que la "sospecha de focos nuevos de aftosa en Argentina causa preocupación en el exterior y los países cierran por prevención las fronteras a nuestras carnes."
En cuanto a las pérdidas, para el profesional hay distintos niveles para evaluarlas: "En el plano local, por sacrificios y por inmovilización de animales; en lo externo, por los containers despachados, que son unos 150 millones de dólares y, el más intangible, la pérdida de confianza sobre el país en lo relativo a mantener el ganado libre de aftosa sin vacunación".
Sobre las medidas que se deberían tomar, Cané sostuvo que "hay que ser mucho más duros con Paraguay, que es el responsable originario de este problema, porque no reconoce su responsabilidad. Desde febrero de este año hay aftosa y vacunación en Paraguay, son demasiadas pruebas. Por otro lado, esta situación debe elevar el nivel de conducción del problema. Se debe disponer de no menos de 25 millones de dólares para atender la inmovilización y el sacrificio de animales y la investigación tecnológica y, por otro lado, una cantidad de medidas técnicas. Pero por sobre todo se necesita un comando de crisis".
Al plantearle la posibilidad de volver al status de mayo en el corto plazo, Cané asegura: "Tenemos que regresar, al costo que sea. Hay que reconstruir una confianza, éso es más lento, pero hay que darle para adelante".
"Hay que reconstituir las fundaciones antiaftosa. El país está muy débil en su infraestructura sanitaria. El status sanitario es como un diploma. No te garantiza algo para toda la vida. Tenés que trabajar todos los días con vigilancia, cuidando las fronteras y monitoreando el movimiento de ganado, que en Argentina son 23 millones de cabezas por año", sentenció.
Fuente: El Día
lunes, 27 de abril de 2009
"Lo más grave de la aftosa es la pérdida de confianza en el país"
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